¿Qué diferencias hay entre la separación y el divorcio?

En el complejo tejido legal que regula las relaciones matrimoniales en España, comprender la diferencia entre separación y divorcio es fundamental para aquellos que enfrentan la difícil decisión de poner fin a un matrimonio.

diferencia entre divorcio y separación

Por eso, vamos a desentrañar los matices legales que rodean la separación y el divorcio, proporcionando una guía clara sobre sus definiciones, diferencias y los procesos legales involucrados. Desde la definición de separación hasta los efectos legales de ambos procesos, nos sumergiremos en el intricado mundo jurídico que rodea estas decisiones trascendentales.

¿Qué es la separación matrimonial?

La separación matrimonial hace referencia a la situación en la que una pareja decide vivir de manera independiente y dejar de compartir la vida conyugal. Existen dos formas principales de separación matrimonial en España: la separación de hecho y la separación legal.

Separación de hecho

La separación de hecho se refiere a la decisión de una pareja de vivir por separado, sin necesidad de intervención legal. Aunque esta situación no disuelve el vínculo matrimonial, marca el inicio de vidas separadas y puede afectar asuntos como la custodia de los hijos y la distribución de bienes, además de contarse como inicio para solicitar la disolución del régimen económico de gananciales. Esta forma de separación no tiene el respaldo legal de un tribunal.

Separación legal

La separación legal implica un proceso formal para establecer acuerdos legales en relación con la vida separada de un matrimonio. Debe ser declarado por el juez, el letrado de la Administración Pública o el notario. La tramitación debe realizarse a través de un proceso judicial si hay hijos menores involucrados, o hijos mayores que tengan medidas de apoyo establecidas por un tribunal en su favor en caso de ser necesario.

Durante este proceso, se pueden abordar aspectos como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia, la distribución de bienes y otros temas legales. Aunque los cónyuges viven por separado, el matrimonio no se disuelve.

¿Qué es un divorcio?

El divorcio es el proceso legal mediante el cual se disuelve el vínculo matrimonial de una pareja, poniendo así fin a los derechos y responsabilidades que implica el matrimonio. A diferencia de la separación, el divorcio restablece a ambas partes como solteras a ojos de la ley y les permite contraer matrimonio nuevamente si así lo desean.

Las disposiciones para el divorcio se encuentran en el artículo 85 y los siguientes del Código Civil. Establecen que puede ser realizado mediante un proceso judicial o de manera simplificada a través del Letrado de la Administración de Justicia o mediante notario, siempre y cuando ambos cónyuges estén de acuerdo, según lo establecido en el artículo 87 del Código Civil. Al igual que con la separación, el divorcio se llevará a cabo a través de un proceso judicial si hay hijos menores no emancipados o hijos mayores para los cuales se han establecido medidas de apoyo atribuidas a sus padres. En este caso, no se puede optar por el procedimiento simplificado.

La legislación permite que el divorcio sea solicitado por ambos cónyuges de común acuerdo o por uno solo de ellos, ya sea con o sin el consentimiento del otro. En el caso en que no haya consentimiento mutuo, se produce un divorcio contencioso. Este tipo de divorcio también ocurre cuando los cónyuges no logran ponerse de acuerdo sobre el convenio regulador.

¿Cuáles son las diferencias entre la separación y el divorcio?

La principal diferencia radica en el estado civil resultante. La separación no disuelve el matrimonio, mientras que el divorcio pone fin legalmente a la unión matrimonial y permite a los excónyuges volver a casarse con otra persona.

En caso de reconciliación, tras un divorcio solo queda volver a casarse, pero tras una separación es necesario informar al juez que dictó la separación, al notario o al letrado de la Administración de Justicia, ya sea mediante una escritura pública o un acta de manifestaciones, según lo que sea apropiado en cada caso.

Además, durante la separación, los cónyuges aún pueden tener derechos sucesorios y de herencia, derechos que se extinguirán con el divorcio. Lo mismo ocurre son el régimen económico, ya que solo se disuelve mediante el divorcio. Tanto en la separación como en el divorcio, si no hay un testamento (abintestado), el otro cónyuge no podrá heredar y, por lo tanto, no tendrá derecho a la parte legítima de la herencia.

En el caso de la separación o divorcio, se toman medidas relacionadas con el cuidado de los hijos, incluyendo la custodia, visitas, comunicación, ejercicio de la patria potestad, gastos de manutención y uso de la vivienda. Además, si se pasa de la separación al divorcio, estas medidas pueden mantenerse sin cambios o modificarse si alguna de las partes solicita un cambio debido a circunstancias significativas.

Normalmente, los matrimonios se separan y no se divorcian cuando están interesados en mantener ciertas ventajas fiscales, derechos financieros o pensiones.

Puntos en común del divorcio y la separación

Aunque difieren en sus resultados finales, tanto el divorcio como la separación comparten ciertos puntos en común:

  • Ambos procesos pueden abordar cuestiones cruciales como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia, la distribución de bienes y el uso del hogar conyugal.
  • En principio, en ambos procesos se produce un cese de la convivencia.
  • En caso de hijos en común, ambos procesos velan por preservar el interés de los menores y establecen pensiones, visitas, guardia y custodia, etc.
  • Se puede solicitar un divorcio y una separación tanto de mutuo acuerdo como por vía judicial.
  • Si los cónyuges están de acuerdo en separarse o divorciarse, deben presentar ante la autoridad correspondiente un convenio regulador que detalle las medidas a tomar en el futuro respecto a la vivienda, los hijos, las mascotas y cualquier aspecto económico relevante.

Los efectos de la separación y del divorcio

Los efectos de la sentencia firme de separación o divorcio son similares y coinciden en gran medida, produciendo los siguientes efectos:

  • Los esposos podrán vivir separados, lo que pone fin a su convivencia como pareja.
  • Se anulan todos los consentimientos y autorizaciones que uno de los cónyuges haya dado al otro.
  • Se interrumpe la capacidad de uno de los miembros de la pareja para tomar decisiones que afecten los bienes del otro en el contexto de la vida cotidiana.
  • Se produce la disolución del régimen económico del matrimonio y se lleva a cabo su liquidación si ambos cónyuges están de acuerdo en ese aspecto.
  • Se determina la guardia y custodia de los hijos con quién vivirán los hijos y cómo se ejercerá la responsabilidad parental, así como el régimen de visitas del cónyuge no custodio.
  • Se decide quién se quedará en la vivienda y domicilio familiar y bajo qué condiciones.
  • Se establece una pensión alimenticia para los hijos si los hubiera y además si alguno de los cónyuges debe pagar una pensión alimenticia al otro y, en su caso, su cuantía y duración. También puede concederse una compensación económica si uno de los cónyuges ha sacrificado su carrera profesional en beneficio del otro durante el matrimonio.

Por eso, es crucial comprender los efectos a corto y largo plazo de estas decisiones legales y contar con el asesoramiento de profesionales del derecho que pueden brindar orientación para gestionar estos cambios de manera adecuada.

Los trámites de separación y divorcio

En ambos casos, se puede solicitar un divorcio y una separación tanto de mutuo acuerdo como por vía judicial:

  • Procedimiento de mutuo acuerdo: los cónyuges, acompañados por un abogado y por un procurador (puede ser común para poder compartir gastos), presentan un convenio regulador elaborado conjuntamente ante el juez junto con la demanda de separación o de divorcio. El juez solo tendrá que aprobarlo, por lo que es la vía más rápida, sencilla y económica.
  • Procedimiento contencioso: si no existe acuerdo entre los cónyuges, cada uno (con sus abogados y procurador sin poder compartir gastos) presenta ante el juez sus peticiones y este fija las medidas derivadas. En esta situación, el juez establece las medidas resultantes de la declaración de separación o divorcio basándose en las solicitudes presentadas y justificadas por cada cónyuge.
  • Mediación familiar: un profesional actúa como mediador para que las partes lleguen a un acuerdo y pasar de un procedimiento contencioso a un procedimiento de mutuo acuerdo.

Medidas que regulan la separación o divorcio

Las medidas que regulan la separación o el divorcio abarcan aspectos financieros (pensión alimenticia, división de bienes…), así como aspectos emocionales y familiares (custodia de los hijos, etc.).

Estas medidas son esenciales para establecer un marco legal que guíe la vida de ambas partes tras la separación o el divorcio. Algunas son:

  • Patria potestad, guarda y custodia, visitas, pensiones y comunicaciones de los menores.
  • Uso y disfrute de la vivienda familiar (si la hay).
  • Pensión compensatoria (si procede).
  • Contribución a las cargas del matrimonio.
  • Pensión de alimentos a favor de los hijos comunes.
  • Pensión regulada en el artículo 1438 Código Civil en el régimen de separación de bienes.

En lo que respecta a las consecuencias de presentar estas solicitudes legales, de manera automática se termina la obligación de convivencia y se anulan los consentimientos y los poderes que cualquiera de los esposos haya otorgado al otro.

No se requiere justificar ningún motivo para pedir la separación o el divorcio; el único requisito legal es que hayan pasado tres meses desde que se contrajo matrimonio, a menos que exista un riesgo para la vida, la integridad física, moral o sexual del cónyuge que lo solicita o de los hijos del matrimonio.

Separación o divorcio, ¿Qué es mejor?

Escoger entre la separación o el divorcio es una elección personal de cada pareja, determinada por los objetivos buscados por los cónyuges y la naturaleza irreversible o reversible de la ruptura conyugal.

Una separación legal ofrece una manera efectiva de gestionar una crisis en el matrimonio y la consiguiente separación física de la pareja, incluso si estos efectos son transitorios. Por otro lado, si uno o ambos esposos están seguros de que la relación ha llegado a su fin y que la separación es irreversible, lo más conveniente es proceder con el divorcio.

En cualquier caso, lo ideal es consultar con un bufete de abogados especializado en divorcios y separaciones para que estudien tu caso y te aconsejen el mejor proceso para ti con sus ventajas e inconvenientes.